miércoles, 8 de octubre de 2008

Gaviotas errantes

Gaviotas errantes peleando contra el viento reposaron sobre el aire y sabiamente exclamaron:

-¿Cuál es la gracia de vivir con las corrientes a favor? Si uno no choca contra los problemas con la nariz, entonces no supo todavía, vivir.
Nunca se pudo comprobar dicha declaración, pero desde hoy, igualmente, veremos a las gaviotas con otros ojos.
Gaviotas errantes, gaviotas errantes.
Luego de errar sucesivos caminos comprendieron que ningún camino es incorrecto, sino distintos pasos para una búsqueda eterna.
Yo me supe gaviota.

Nicolás Ortiz


miércoles, 1 de octubre de 2008

Las mellizas Garcerón

Las mellizas Irma y Julia Garcerón acostumbraban a compartir a sus novios. Cuando una de ellas se relacionaba con un caballero no tardaba en enviar a la otra como reemplazo. Bien se ve que aquí no existía metamorfosis, sino impostura.

Cierta vez, Irma se puso de novia con Andrés, uno de los trillizos Mantegari. Estos hermanos también tenían la costumbre de poseer sus amores en comun.

Por cierto, era éste un noviazgo que admitía seis formas diferentes.

1) Irma y Andrés

2) Irma y Carlos

3) Irma y Luis

4) Julia y Andrés

5) Julia y Carlos

6) Julia y Luis

No todas las fases se daban del mismo modo. Julia y Carlos se amaban tiernamente. Irma y Luis se detestaban. Carlos e Irma no se habían visto nunca.

Ni las Garcerón sospechaban de los Montegari, ni los Montegari dudaban de las Garcerón.

Una noche Julia se casó con Luis creyendo hacerlo con Carlos. Carlos, loco de celos estranguló a Irma, pensando que su víctima era Julia. Andrés fue condenado a prisión y Julia lo visitaba creyendo que era Carlos.

Manuel Mandeb intentó escribir la historia de estos amores, pero apenas dejó media carilla, llena de tachaduras y rectificaciones.

Alejandro Dolina